Wednesday, December 29, 2010

Silencio

Estar en casa con mi padre es completamente pacífico. No ruido, no reclamos, no nada. Me comentó que ya casi no tiene cabello y yo le dije que el cabello esta sobrevalorado. Insiste en usar sus vacaciones en hacerle arreglos menores al departamento en lugar de salir a sacudirse la asquerosa vibra de oficina a otro país o mínimo a una ciudad de México mágico (no le gustan las playas). Mi madre mientras tanto me llamó por teléfono desde una embarcación que navega el Golfo de California para ver a las ballenas grises tomandose el tiempo para decirme que no me cuido y que por eso me enfermo seguido.

Por cierto no tiene nada que ver pero no lo había declarado en el blog. Odio mi trabajo.