Sofi y yo fuimos a la playa y por supuesto que teniamos que llevar a Borrego. Asomó su cabeza por debajo de la toalla que lo envolvía, caminó sobre la tibia arena y se acerco al mar. Regreso a la palapa corriendo, nos dijo cuanto odiaba ese caluroso y extraño lugar, levanto su pata de peluche y nos hizo "güevos" para mostrarnos la magnitud de su enojo...
Se ve hermoso
ReplyDeletea pos que pinche borrego mamón, yo ipso facto hubiera cavado un hoyo en la arena pa'cerlo barbacha.
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